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La demanda de parteras sigue imperturbable en Afganistán durante la pandemia de COVID-19

Sajia Mansoory atiende a un recién nacido en el Hospital Nacional de Maternidad de Malalai. © UNFPA Afganistán/Zaeem Abdul Rahman
  • 14 de septiembre de 2020

KABUL, Afganistán – "Cuando regresé a casa del trabajo, tuve que aislarme", relató Suhaila Sadat, partera del Hospital de Maternidad de Malalai en Afganistán. "Mis padres estaban preocupados por mí porque interactúo con pacientes todo el día en el hospital. Aquí permanece el riesgo de infección por COVID-19".

La pandemia se ha cobrado un alto costo en Afganistán. Hasta ahora, más de 38.000 personas han tenido resultados positivos del virus tras probar 100.000 muestras. Casi el 10 % de los casos confirmados se presentan entre los profesionales de la salud.

Kabul, donde trabaja la Sra. Sadat, es la zona más afectada del país.

El inicio del brote en Afganistán fue un momento particularmente difícil. La Sra. Sadat llegaba al hospital temprano en la mañana y salía tarde en la noche, pero a finales de marzo el hospital adoptó una política de trabajo flexible. Desde entonces, los trabajadores de salud de primera línea se han presentado a trabajar cada dos días, para reducir los riesgos de infección.

A pesar de las tensiones, la Sra. Sadat sigue comprometida con su trabajo. "Tengo miedo del coronavirus, pero todavía tengo que servir a las mujeres que necesitan mi apoyo".

La demanda se mantiene imperturbable

Incluso en medio de la pandemia, los servicios de la Sra. Sadat son tan reclamados como siempre.

Midwife Suhaila checks on a patient. She is wearing a face mask, face shield, gloves and protective gown.
Suhaila Sadat revisa a una paciente. La demanda de servicios de partería se
mantiene a niveles de tiempos normales © UNFPA Afganistán/Zaeem Abdul Rahman

Para que las parteras puedan seguir prestando atención prenatal, servicios de parto seguro y atención posnatal, el UNFPA está proporcionando suministros para la prevención y el control de infecciones, además de equipo de protección personal (EPP), al Hospital Nacional de Maternidad de Malalai, en Kabul.

Los suministros incluyen desinfectantes para manos, mascarillas, solución de hipoclorito sódico para desinfección de superficies, revestimientos para pies, líquido de lavado de manos y guantes de goma, entre otros artículos.

"Nos sentimos más seguras y protegidas al usar mascarillas y guantes, y siguiendo los consejos médicos y sanitarios", indicó la Sra. Sadat al UNFPA, pero sabe que el riesgo de infección no puede ser eliminado completamente. Sus padre todavía están ansiosos por su seguridad, admite.

“Les expliqué a mis padres que todos los días cumplo todas las medidas cautelares posibles en mi lugar de trabajo, pero siguen preocupados porque conocen los desafíos del sistema sanitario del país".

La misión en una pandemia global

Sajia Mansoory es otra partera del Hospital de Maternidad de Malalai. Como la Sra. Sadat, dice que estos últimos meses han sido difíciles, pero ha aceptado los riesgos.

“He sido entrenada como partera, y es mi compromiso no abandonar a quienes necesitan mi apoyo”, remarcó. "Mi familia me estimula y apoya para que realice mi trabajo, pero al mismo tiempo hacen hincapié en el cumplimiento de las medidas de prevención".

El trabajo de las parteras en Afganistán siempre ha sido un desafío: desde hace mucho tiempo enfrentan inseguridad, pobreza y un sistema sanitario con escasos recursos. La pandemia no ha logrado intimidarlas.

"La pandemia de COVID-19 es el mayor desafío de nuestra historia", señaló la Sra. Mansoory. “Hoy en día, las embarazadas necesitan nuestro apoyo más que nunca. Prometamos hacer todo lo posible por vencer la pandemia y reclamar la mayor victoria".

 

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