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En Madagascar las clínicas móviles ofrecen atención de salud reproductiva de último tramo

Una mujer embarazada en camino para dar a luz en el Hospital Regional de Referencias de Ambovombe, en la región de Androy, en Madagascar. Los viajes en carreta a veces pueden tomar todo el día. © UNFPA Madagascar
  • 26 de marzo de 2021

AMBOVOMBE, Madagascar – Ambovombe es un distrito sin litoral en el sur de Madagascar, donde sólo la mitad de las instalaciones sanitarias son accesibles durante todo el año debido a las malas carreteras y el desafiante terreno. Incluso si uno llegara allí, el costo del transporte resulta demasiado alto, lo que da lugar a que un 61 por ciento de los nacimientos ocurran fuera de un centro sanitario, según una encuesta de 2018.

"Las condiciones de trabajo no eran fáciles. He viajado cientos de kilómetros para visitar aldeas aisladas en la inmensidad de la región de Androy”, aseguró la partera Dally, del Hospital Regional de Referencia de Ambovombe, al recordar sus primeros días en la región, que abarca casi 20.000 kilómetros cuadrados. “Algunas mujeres en labor de parto tratan de llegar al hospital en carreta; el viaje a veces toma un día entero. Esto desemboca en complicaciones durante el parto, mortinatos y hemorragias e infecciones pre o post parto”.

Cuando apareció la COVID-19, aún más pacientes dejaron de visitar los centros sanitarios, y el equipo de maternidad de Dally —tres parteras y unos pocos voluntarios— debió realizar mayores esfuerzos de los que ya estaba ofreciendo.

Si las mujeres y las y los jóvenes no acudieran a ella para ejercer sus derechos a la salud reproductiva, Dally tendría que ir a donde ellas. Eso fue lo que hizo. 

No dejar a nadie atrás

Durante cinco meses, dos clínicas móviles cubrieron más de 10.000 kilómetros para atender 59 localidades remotas en siete distritos. Más de 14.000 personas se beneficiaron de consultas pre y postnatales, servicios de planificación familiar, exámenes de detección de infecciones de transmisión sexual (ITS) y sesiones de tratamiento y educación. 


El personal de la clínica móvil de Bekitro, una parada rural en su gira de cinco meses por la extensa región de Andría. © UNFPA Madagascar

"Las niñas y los niños, las mujeres y los hombres con sus folletos de salud [expedientes médicos] en mano estaban ansiosos por aprovechar los servicios disponibles", remarcó Ida, una partera del equipo hospitalario de otra localidad que acompañó una clínica móvil a la pequeña aldea de Bekitro. "Todas y todos estaban contentos porque finalmente había llegado el tan esperado momento. Nunca olvidaré la esperanza y la alegría que expresaban en los ojos y los rostros; eso me motivó a pesar de las dificultades que entrañaba el viaje".

Agentes voluntarios de la comunidad movilizaron la aldea con megáfonos y altavoces para atraer a la gran multitud. Las clínicas móviles, una iniciativa del Ministerio de Salud Pública, en asociación con el UNFPA y apoyada por fondos de Japón, atendieron a todas las personas que se acercaron, en su mayoría mujeres y niñas de entre 15 y 49 años.

Las clínicas también viajaron a la comuna de Beraketa, donde Volana*, de 35 años, fue una de las 2.120 personas tratadas por una ITS. En el sur de Madagascar, las infecciones de transmisión sexual son comunes, principalmente debido a la creencia de que un niño solo se hace hombre después de contraer una infección.  

“Estaba tan avergonzada por mi enfermedad que tenía miedo de ir al médico, y no tenía dinero para tratarme”, confesó Volana. "Gracias a esta clínica móvil, recibí la atención y los medicamentos necesarios de forma gratuita. Estoy muy contenta porque finalmente me libraré de esta carga".

La planificación familiar mantiene abiertos los caminos hacia el futuro

Con 16 años, Noria está en el tercer grado en Ambahita. "Muchas niñas de mi edad son víctimas de un embarazo precoz y han tenido que abandonar la escuela", afirmó. "Se me ha instado a ir a la planificación familiar para evitar quedar embarazada, pero como estoy en clase todo el tiempo, no he tenido tiempo de consultar al médico. Además, estoy avergonzada y no me atrevo a hablar de ello a nadie, ni siquiera a mis padres".


Los trabajadores sanitarios móviles prestaron servicios de planificación familiar, como inyecciones, en Ambahita. © UNFPA Madagascar

La clínica móvil le mostró que la planificación familiar es un derecho universal y le presentó opciones anticonceptivas. Ahora está "feliz de tener esta oportunidad que me permitirá terminar mis estudios y seguir mis sueños hasta el final".  

 

* Se ha cambiado el nombre por motivos de privacidad

  

  

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