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En Bhután, la educación sexual es una de las enseñanzas de los monjes

Throughout Bhutan, monks (like here in Trashi Yangtse District) are teaching young people sexual and reproductive health and rights and gender-based violence. © UNFPA Bhutan/Tsheing Penjor
  • 23 Agosto 2021

THIMPHU, Bhután – Durante siglos, el décimo día del mes se ha celebrado en templos y monasterios a lo largo del reino principalmente budista del Himalaya con danzas religiosas de máscaras realizadas como parte de los festivales de tshechu (“día diez”). Hoy en día, estas danzas tradicionales incluyen mensajes sobre la salud sexual y reproductiva y la violencia de género, temas que antes se consideraban tabú. 

“Se ha producido un cambio en la mentalidad de los monjes, que ahora debaten y defienden libremente cuestiones de violencia sexual y de género, que en el pasado se percibía como una cuestión privada”, explicó el lopen Sherab Dorji, del Cuerpo Monástico Central, uno de los primeros monjes de Bhután que participó en una formación sobre aptitudes para la vida impartida por el UNFPA. (“Lopen” es un título de respeto.)

La entidad ya se había comprometido con líderes religiosos en 2011, comenzando con la Fundación de las Monjas de Bhután. Durante el último decenio, más de 1.500 monjas de 26 conventos han sido sensibilizadas sobre cuestiones de salud y derechos sexuales y reproductivos y sobre la prevención de la violencia basada en el género. 

“Las monjas han desempeñado un papel crucial al impartir conocimientos críticos sobre salud a las mujeres rurales en torno a cuestiones tales como la importancia de la citología vaginal, la higiene menstrual, los anticonceptivos y la planificación familiar, y de ese modo se han ganado la confianza, el respeto y la confianza de la comunidad”, explicó la monja Lhamo. 

Desde 2014, cuando el UNFPA amplió su labor sobre educación sexual integral basada en habilidades para la vida para incluir a monjes, se ha capacitado a 350 jefes de instituciones monásticas para que impartan educación sobre habilidades para la vida. El enfoque “ha ayudado a desmitificar la percepción de que los monjes no deberían hablar sobre la salud de las mujeres y cuestiones conexas”, indicó el lopen Sherab Dorji. Casi 50 monjes capacitados por el UNFPA prestan servicios de asesoramiento a estudiantes de los 20 distritos de Bhután.   

Impulsando el cambio

Su Majestad la Reina Madre, Gyalyum Sangay Choden Wangchuck, ha impulsado este cambio. Como Embajadora de Buena Voluntad del UNFPA y galardonada con el Premio de Población de las Naciones Unidas 2020, ha defendido la salud sexual y reproductiva y derechos conexos de las mujeres y las niñas durante dos decenios, llegando a todas las esferas de la sociedad –desde grupos religiosos hasta militares, escuelas y organismos gubernamentales– para crear conciencia sobre la igualdad de género y cuestiones que han llegado a incluir la prevención del VIH/SIDA y la planificación familiar. En la década que se inició en 1991, Su Santidad el Je Khenpo Trulku Jigme Choedra (Abad Superior de Bhután) declaró que la anticoncepción no estaba en contra de los principios budistas, en gran medida en respuesta a la defensa expresada por Su Majestad.

UNFPA Goodwill Ambassador Her Majesty the Queen Mother, Gyalyum Sangay Choden Wangchuck of Bhutan
La Embajadora de Buena Voluntad del UNFPA Su Majestad la Reina Madre Gyalyum Sangay Choden Wangchuck ha abogado por la salud reproductiva y los derechos de las mujeres y las niñas durante más de 20 años. Foto cortesía de Pem Shering

La asociación con líderes religiosos ha contribuido con el tiempo a impulsar avances en los servicios de salud sexual y reproductiva. La mortalidad materna ha disminuido de un máximo de 380 en 1994 a 89 por 100.000 nacidos vivos en 2017. La tasa de uso de anticonceptivos aumentó del 30,7 % en 2000 al 65,6 % en 2018. Más del 95 % de los nacimientos son ahora asistidos por parteras calificadas, en comparación con el 23 % en 2000.

Ahora se enseña a miles de jóvenes cómo mejorar las relaciones interpersonales y llevar estilos de vida más saludables.

“Espero con ansias poder impartir las habilidades y los conocimientos que he aprendido cuando los miembros de la comunidad se acercan al monasterio para ofrecer oraciones”, reveló el lopen Karma de la aldea de Dungmin, en el distrito de Pemagatshel. “También tengo la intención de involucrar a las y los escolares primarios en la higiene menstrual y el embarazo adolescente, y promover la necesidad de apoyarnos unos a otros”. 

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