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Después del ciclón, los fotógrafos en ciernes en Bangladesh capturan restos de naufragios y resiliencia

Una mujer de Patuakhali Sadar caminó kilómetros para llegar a una casa dañada por el ciclón Amphan. Fue construido por su familia, que no puede pagar las reparaciones. © UNFPA Bangladesh / Tajbit Ahammad Barat
  • 12 de mayo de 2021

DISTRITO DE PATUAKHALI, Bangladesh – Hace un año este mes que el ciclón Amphan desató su furia en Bangladesh, matando a 26 personas y dañando miles de hogares, tierras agrícolas, puentes y carreteras, pero a pesar de que los titulares retrocedieron al ritmo de las aguas y el ciclo de noticias se movió como los vientos, cuatro jóvenes fotógrafos en ciernes capturaron la vida en la parte central y meridional del país, una zona que ya estaba agobiada por la pandemia.

“Visitar el lugar de un desastre natural es difícil, porque se percibe directamente la miseria de las personas afectadas”, declaró Md. Naimur Rahman Zihad, de 19 años. “Sin embargo, documentar un sitio de este tipo es aún más difícil y desgarrador”.

Él fue uno de los cuatro voluntarios que pasaron cuatro meses aprendiendo a tomar fotografías para documentar las vidas de mujeres y niñas afectadas por desastres naturales en Bangladesh, con equipo fotográfico y formación virtual ofrecidas por el UNFPA y su socio, Concerned Women for Family Development (Mujeres Preocupadas por el Desarrollo Familiar) (CWFD). Inmediatamente después del ciclón, el UNFPA distribuyó cerca de 1.500 botiquines de higiene menstrual a las adolescentes, y proporcionó apoyo psicosocial en las comunidades afectadas, pero el proyecto fotográfico no comenzó hasta el otoño. 

Los voluntarios relataron la vida cotidiana de la aldea en dos lugares, Patuakhali Sadar Upazila y Kalapara Upazila, y los objetivos eran tres: aprender un oficio, generar empatía al escuchar y compartir historias, y concienciar sobre los desafíos que enfrentan las comunidades en las fases de recuperación y reconstrucción. 

“Las personas apenas tenían comida o una casa en que vivir, pero aun así se sentían alegres y eran acogedoras. ¡Algunas incluso nos ofrecieron comida!” resaltó Sumaia Akter, voluntaria de 22 años. “Cuando aprendí sobre sus luchas, me sentí muy agradecida por las cosas que tengo en la vida”.


El documental fotográfico capturó imágenes de mujeres y niñas, como Aklima Akter, de 15 años, en la región centro-sur, un año después del ciclón. Haga clic en la imagen para ver más fotografías del proyecto. © UNFPA Bangladesh / Sumaia Akter

El voluntario Md Tajbit Ahammad Barat, de 20 años, conoció a una embarazada que caminó millas para usar un excusado de latón que su familia construyó. El ciclón erosionó el suelo del interior, y  ahora las paredes eran improvisadas con pedazos de tela. “Cuando las embarcaciones pasan por allí, se siente muy insegura y desea repararla”, señaló. “Debido a que la familia ha estado viviendo una existencia precaria después del ciclón, ni siquiera es posible lograr algo tan insignificante”.

Después de finalizar el proyecto, se usó una selección de fotografías para sensibilizar al público acerca de las necesidades de la comunidad, pero los cientos de imágenes no es lo único que queda. “Después de esta experiencia, entiendo mucho más las situaciones que otras personas están atravesando”, aseguró la voluntaria Rujina Begum, de 18 años. “Me resulta increíble ver que las personas pueden sonreír incluso cuando enfrentan dificultades para cubrir sus necesidades básicas. Es una lección que me hace apreciar siempre todas las pequeñas cosas que tengo”.  

 

 

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