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Cuando la cuarentena no es segura: En Ucrania, las sobrevivientes de violencia doméstica buscan ayuda

Las llamadas a la Línea Nacional de Lucha contra la Violencia Doméstica aumentaron en más del 25 % en las dos primeras semanas de cuarentena. © La Strada Ukraine
  • 15 de abril de 2020

KIEV, Ucrania – Uno por uno, los países que tienen bloqueos y restricciones de movimiento debido a la pandemia de COVID-19 están registrando aumentos alarmantes en el abuso doméstico. Para demasiadas mujeres, la seguridad contra el virus no significa seguridad contra la violencia.

Ucrania no es la excepción.

Incluso en circunstancias normales, la violencia contra las mujeres y las niñas es un problema grave, aseguran los expertos. Hoy en día, esta violencia parece estar aumentando, en conjunto con las preocupaciones en torno a la salud mental, a medida que las familias enfrentan la ansiedad, el estrés económico y el encerramiento.

El número de llamadas a la Línea Nacional de Lucha contra la Violencia Doméstica aumentó casi un 26 % en las dos primeras semanas de cuarentena, en comparación con el periodo de dos semanas anterior,

y en cinco centros de crisis establecidos por el UNFPA ha aumentado el número de personas que buscan apoyo urgente para problemas psicosociales y de salud mental. A principios de abril se registró un aumento del 113 % de pacientes en comparación con principios de marzo.

En la calma de la noche

Es posible que no sea seguro para las mujeres llamar a las líneas directas desde sus hogares, donde un abusador podría escuchar, afirmó Alona Krivuliak, Directora del Departamento de Líneas Directas de La Strada, la ONG que administra la línea directa. Por ese motivo, están procurando ofrecer alternativas.


La línea de ayuda ofrece asistencia las 24 horas del día. La mayoría de las llamadas llega por la noche. © La Strada Ukraine

“Durante el periodo de cuarentena, una llamada telefónica a la línea directa puede incitar a la agresión de las parejas… Se puede obtener ayuda a través de Skype, del mensajero de Facebook, a través del correo electrónico o mediante un formulario de comentarios en nuestro sitio web”, informó.

La línea directa ofrece apoyo psicológico, información legal y asesoramiento. Los consejeros también pueden referir a las mujeres a refugios o servicios de protección.  

En los últimos cuatro años, el UNFPA ha brindado apoyo a la línea directa en la prestación de asistencia las 24 horas del día. Los registros muestran que el 63 % de las llamadas llegan por la noche, cuando podría ser más seguro para las sobrevivientes comunicarse. Esta tendencia se ha mantenido durante el periodo de cuarentena.

Los abusadores también llaman a la línea de ayuda, principalmente por la noche. Desde el periodo de cuarentena, alrededor del 4 % de las llamadas han provenido de abusadores.

Los consejeros acogen estas llamadas, ya que pueden ofrecer ayuda a personas que luchan con la ira y la desesperación mediante la elaboración de planes individuales para ayudar a quienes llaman a manejar su ira y modificar patrones de comportamiento abusivo.

Centros de crisis que se adaptan a la pandemia

Otros servicios también están lidiando con la respuesta a la pandemia.

Los cinco centros de crisis establecidos por el UNFPA —que proporcionan apoyo tanto a hombres como a mujeres, y que ahora son dirigidos en gran medida por los municipios— están tratando de minimizar las consultas en persona. Siempre que sea posible, están proporcionando apoyo psicosocial y servicios sociales por vía telefónica.

De los nueve refugios establecidos por el UNFPA, ocho siguen abiertos. Uno, en Mariupol, dejó de aceptar nuevos pacientes tras una decisión de las autoridades locales. Para que las nuevas sobrevivientes sean admitidas en un refugio, deben obtener un certificado médico y ser evaluadas por un médico que determine que no presentan síntomas de la COVID-19. Las personas con síntomas son ingresadas en un centro de salud.

Seis equipos psicosociales móviles —parte de los esfuerzos del UNFPA para ayudar a los combatientes y sus familias en las provincias de Kiev y Mykolaiv— siguen prestando servicios a través de Skype, Viber, por teléfono y en grupos de apoyo en línea. Estos esfuerzos están destinados a ayudar a los combatientes actuales y a los excombatientes a superar los desafíos relacionados con sus experiencias en los conflictos, y a reducir la incidencia general de la violencia doméstica.

El porcentaje de consultas por teléfono aumentó del 69 % a principios de marzo al 85 % un mes después. Julia Mudra, psicóloga con uno de estos equipos móviles, recordó un caso reciente que ella abordó por teléfono en lugar de en persona, debido a la pandemia.

“Una mujer se dirigió a nosotros en busca de ayuda”, relató la Sra. Mudra. “Hubo tensiones emocionales en las relaciones con su marido, que es militar. Ella había obtenido nuestro número telefónico de una de nuestras visitas programadas anteriores, y decidió llamarnos antes de que empeorara la situación con su marido. Comenzamos a trabajar con su familia inmediatamente. Esto permitió evitar situaciones de violencia física y ayudó a estabilizar su relación”.

Los esfuerzos del UNFPA para hacer frente a la violencia basada en el género y el abuso doméstico en Ucrania cuentan con el apoyo de los gobiernos del Canadá, Estonia y el Reino Unido.

Hoy en día, con más de 3.300 casos confirmados de la COVID-19 en Ucrania, las autoridades y el UNFPA se están tomando muy en serio la pandemia, pero incluso en estos tiempos difíciles, dicen, no deben olvidarse las necesidades de las personas más vulnerables.

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