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5 razones por las que las mujeres y niñas en Siria y Türkiye necesitan su apoyo urgentemente
- 18 Marzo 2023
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Siria/Türkiye – Las cifras superan lo comprensible: alrededor de 16 millones de personas en Türkiye y 9 millones en Siria afectadas por dos terremotos masivos. Entre ellas, unas 350.000 mujeres embarazadas en ambos países, mujeres que necesitan acceso vital e inmediato a servicios de salud en estructuras que ya no están en pie, en medio de escombros que solían ser carreteras.
En Siria, los terremotos profundizaron el sufrimiento arraigado tras 12 años de conflicto, que han dejado al 90 por ciento de los sirios en la indigencia y han obligado a la mitad de la población a abandonar sus hogares, la mayoría de ellos mujeres y niños, muchos refugiándose en Türkiye.
En Türkiye, un país que alberga el mayor número de refugiados del mundo y que ha mostrado una enorme generosidad hacia sus vecinos sirios durante años, decenas de miles de personas viven ahora en refugios improvisados en la calle con temperaturas bajo cero.
En una crisis humanitaria, las mujeres y las niñas son siempre las más afectadas. Son las últimas en comer, las más expuestas a la violencia sexual y la explotación; son cabeza de familias sin hogar.
Ninguna respuesta, mucho menos esta, debe ser insensible a las cuestiones de género: nuestra respuesta hace hincapié en las cuestiones de género. Las mujeres y las niñas vienen primero.
A continuación enumeramos las razones.
1. Las crisis pueden ser la diferencia entre la vida o la muerte para las embarazadas
Miles de hospitales, incluso instalaciones y espacios seguros apoyados por el UNFPA, se han derrumbado o han sido dañados. Esto ha dejado a las embarazadas y a las nuevas madres en posición difícil para acceder a la atención esencial, incluido el apoyo obstétrico de emergencia y las cesáreas.
Um Subhi y su recién nacido recibieron apoyo materno del UNFPA en un campamento temporal en Jinderis, Siria. “Cuando ocurrió el terremoto yo estaba amamantando a mi bebé, no supe qué pasó. Nunca he sentido algo así en toda mi vida”, admitió.
Sabemos que en situaciones de crisis y desastres, las muertes maternas pueden aumentar dramáticamente debido a complicaciones que se manejarían fácilmente en entornos en que los sistemas de salud funcionaran adecuadamente.
Se estima que hay 133.000 embarazadas en las zonas afectadas de Siria, de las cuales alrededor de 44.000 darán a luz en los próximos tres meses. En las ruinas del peor desastre natural de la región en la historia reciente, estas mujeres están obligadas a utilizar un sistema de salud golpeado por más de una década de bombardeos, caos económico y una falta casi total de suministros o personal.
En Türkiye, 22.500 de las 226.000 embarazadas directamente afectadas por los terremotos darán a luz dentro de un mes. Casi toda la infraestructura de salud en las cuatro provincias más afectadas ha sido dañada o destruida: el 70 % de los centros de salud familiares están dañados y el 60 % de los servicios de salud materna y obstétrica no están funcionando, con lo cual se ponen en peligro decenas de miles de vidas.
2. La interrupción del acceso a la salud sexual y reproductiva podría desencadenar un desastre secundario
Más de 100 centros de salud en Türkiye y más de 170 en Siria han sido destruidos o han quedado dañados, incluidos al menos siete hospitales. Esto pone en riesgo inmediato y a largo plazo la salud de unos 2,2 millones de mujeres y niñas en edad reproductiva en Siria, y de 4,1 millones en Türkiye, todas las cuales necesitan la atención de salud sexual y reproductiva de su elección.
Sin los suministros anticonceptivos o el acceso a estos, aumentarán los embarazos no planificados, al igual que las infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH. Otras enfermedades también podrían propagarse más fácilmente, como la COVID-19 y la influenza, además de los brotes preexistentes de cólera, hepatitis A y sarampión en Siria.
Es fundamental que los servicios de salud y protección reproductiva vuelvan a funcionar. Debemos garantizar el acceso a la atención de la salud reproductiva para todas las mujeres y niñas que la necesiten, independientemente de dónde se encuentren, incluso en refugios temporales y dentro de las comunidades de acogida, tanto en Siria como en Türkiye.
3. Las necesidades de protección contra la violencia de género aumentan mientras quedan suspendidos los servicios pertinentes
En una crisis, las mujeres y las niñas también corren un riesgo mucho mayor de sufrir violencia y abusos, en momentos en que se reduce la disponibilidad de los servicios de seguridad social y protección y colapsan las instalaciones sanitarias. Yasmin*, de 26 años, es madre soltera de cinco hijos. Oriunda de Deir-ez-zor, en el este de Siria, ha vivido en Türkiye durante cinco años y se refugió en un espacio seguro del UNFPA para mujeres y niñas instalado en un pabellón deportivo después de los terremotos.
Su marido abusaba de ella física y emocionalmente. “Me amenazó, quería llevarse a mis hijos”. El UNFPA anteriormente proporcionaba refugio en un espacio seguro, y ahora que su casa ha quedado seriamente dañada, dijo, “me han trasladado a este centro porque es más seguro”.
Los espacios seguros del UNFPA en Siria y Türkiye garantizan servicios de prevención y respuesta a la violencia de género para decenas de miles de mujeres y niñas que viven en campamentos improvisados y hacinados o en las calles. Enfrentan graves riesgos de protección, incluido un mayor riesgo de violencia de género, explotación y abuso, así como violaciones como el matrimonio infantil y forzado, todos los cuales se han “normalizado” crecientemente durante la prolongada crisis Siria.
Mientras tanto, millones de sobrevivientes están sufriendo terribles traumas y necesitan acceso a salud mental y apoyo psicosocial.
4. El desplazamiento tiene un grave costo físico, mental y social
Según se informa, más de 100.000 hogares han sido desplazados por los terremotos, aunque el número real es probablemente mucho mayor. Muchas personas se quedan en las comunidades de acogida o regresan a hogares inseguros e inhabitables; muchas más viven en las calles o en refugios, sin poder reconstruir sus casas o sus medios de subsistencia.
Siria ya tiene el mayor número de desplazados internos en el mundo (unos 6,8 millones), y el mismo número de personas ha huido a los países vecinos. Las personas que se han visto forzadas a abandonar sus hogares por la guerra, los brotes de enfermedades y la ruina económica se encontraron más tarde con sequías e inundaciones que destruyeron lo que quedaba de sus medios de vida. Con este último desastre, millones más se enfrentan una vez más al trauma de la migración involuntaria.
Casi la mitad de esas personas son mujeres y niñas, que luchan contra la falta de vivienda, la discriminación, la pobreza y los crecientes riesgos de explotación y abuso.
Rojin, que tiene 36 años y es madre de cuatro hijos, ahora se encuentra en un espacio seguro para mujeres y niñas del UNFPA en Diyarbakır, en Türkiye. Originaria de Siria, ella y su familia viven junto a otras 15 personas en una sola habitación de una fábrica de alimentos para animales. Rojin comentó al UNFPA: “permanecimos en un parque, a la intemperie, durante cuatro días. No pudimos llevarnos nada, solo tomé este vestido. Nada, nada para los niños, ni zapatos… la situación es muy difícil”.
El UNFPA está proporcionando kits de higiene femenina que contienen artículos esenciales, como jabón, ropa interior, productos de higiene menstrual, detergente para la ropa y ropa abrigada, al tiempo que garantiza que las duchas y los baños estén iluminados y sean seguros, a fin de limitar la exposición de mujeres y niñas a la violencia de género.
5. Ahora más que nunca se deben proporcionar solidaridad y apoyo económico
El UNFPA ha trabajado sobre el terreno desde el primer día, coordinando con sus asociados para restablecer los servicios de protección y salud sexual y reproductiva en Siria y Türkiye. Sin embargo, necesitamos urgentemente fondos para más clínicas, equipos móviles de salud y espacios seguros. Al mismo tiempo, el personal, el equipo y los suministros adicionales, incluidos los medicamentos para la salud materna, los anticonceptivos y los productos de higiene menstrual, escasean de forma alarmante.
Desde el inicio de la crisis, con el generoso apoyo de nuestros socios que nos han financiado a lo largo de los años y con contribuciones adicionales de Australia, el Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF), Noruega, Suecia y el Reino Unido, el UNFPA ha sido capaz de ampliar el número de instalaciones y equipos móviles de salud con que cuenta para llegar a las personas vulnerables desplazadas por los terremotos y proporcionar servicios esenciales.
Sin embargo, millones de mujeres y niñas aún no reciben el apoyo que necesitan desesperadamente. En Türkiye, el UNFPA solicita 19,7 millones de dólares para ampliar la prestación de servicios de protección y salud reproductiva. Hasta la fecha, el llamamiento ha sido financiado al 39 por ciento. En Siria, el UNFPA solicita 24,8 millones de dólares, de los cuales sólo hemos recibido una tercera parte. No podemos olvidar que los terremotos han exacerbado la crisis preexistente en Siria, para la que el UNFPA también está pidiendo 141,2 millones de dólares. Si bien la Unión Europea y Suecia acogen una conferencia internacional de donantes para asegurar contribuciones económicas después de los terremotos, instamos a que tenga lugar una demostración de solidaridad para garantizar que esto llegue sin demora: las mujeres y niñas de Siria y Türkiye merecen todo el apoyo que podamos brindarles.
*Se ha cambiado el nombre para fines de privacidad y protección