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5 cosas que quizás no sabías sobre la fístula obstétrica

Profesionales de la salud cualificados y una atención obstétrica temprana de emergencia y de calidad pueden ayudar a prevenir la fístula obstétrica, una lesión de parto devastadora. © UNFPA Mozambique
  • 16 de mayo de 2022

NACIONES UNIDAS, Nueva York – Lo primero es lo primero, ¿qué es la fístula obstétrica?

Qué es: La fístula obstétrica es una lesión de parto traumática que despoja una mujer o niña de su salud, derechos y dignidad. Es un orificio entre el canal del parto y la vejiga que provoca incontenencia urinaria, o un orificio entre el canal del parto y el recto que origina falta de control sobre las heces.

Cuáles son las causas: La prolongación u obstrucción de un parto. La presión continuada de la cabeza del bebé contra la pelvis de la madre interrumpe el flujo sanguíneo, lo que ocasiona que el tejido muera y se desprenda; el orificio que queda se denomina fístula. La fístula obstétrica es la causa del ocho por ciento de las muertes maternas; además, el 90 por ciento de los casos termina en mortinatos.

A quién afecta y dónde tiene lugar: Se estima que 500.000 mujeres y niñas en más de 55 países en África subsahariana, Asia y el Pacífico, los Estados Árabes y América Latina y el Caribe viven con fístula y que cada año tienen lugar miles de casos más.

A continuación, cinco cosas más que deberías saber:

1. Existen distintos tipos de fístula obstétrica.

Aunque el tipo más común consiste en un orificio entre el canal del parto y la vejiga (llamada fístula vesicovaginal), otros tipos son:

Fístula rectovaginal: Orificio entre el canal del parto y el recto

Fístula uretrovaginal: Orificio entre el canal del parto y la uretra (que transporta la orina desde la vejiga hasta el exterior del cuerpo)

Fístula ureterovaginal: Orificio entre los uréteres (que transportan la orina a la vejiga) y el canal del parto

Fístula vesicouterina: Orificio entre la vejiga y el útero

Algunas fístulas, denominadas fístulas iatrogénicas, se originan durante procedimientos ginecológicos (por ejemplo, histerectomía) y cesáreas debido a una atención médica y formación o conocimientos quirúrgicos de baja calidad. La violencia sexual provoca fístulas traumáticas, sobre todo en zonas en conflicto; la destrucción de la vagina se considera herida de guerra.

2. Las consecuencias físicas, sociales y psicológicas son devastadoras.

Las vidas de las mujeres que sufren esta enfermedad se caracterizan por un sufrimiento físico y emocional de por vida.

Esta enfermedad puede desencadenar infecciones, úlceras, enfermedades renales, llagas dolorosas, infertilidad y la muerte. El olor de las continuas pérdidas aísla a las mujeres, a las que se suele avergonzar y estigmatizar, abandonadas por sus amigos y familias y excluidas de sus comunidades. Padecen depresión y pensamientos suicidas y otros problemas de salud mental. Privadas de oportunidades de empleo, se ven empujadas a la pobreza y vulnerabilidad.

3. Las niñas son especialmente vulnerables. 

Una mujer sonríe.
Con 13 años, Razia Shamshad fue obligada a casarse y se quedó embarazada. Después de una obstrucción en el parto que se prolongó durante cuatro días y con una asistencia al parto no cualificada, Shamshad desarrolló una fístula obstétrica y su hija fue mortinata. Le llevó años, pero finalmente Shamshad recuperó su vida tras varias cirugías. © UNFPA Pakistán

A pesar de que la enfermedad no distingue de edades, las niñas son particularmente vulnerables porque puede que sus cuerpos no estén preparados para el parto. Nueve de cada diez niñas que paren entre los 15 y los 19 años están casadas o en una relación. En todo el mundo, las complicaciones derivadas del embarazo y parto son la causa principal de muerte en niñas de entre 15 y 19 años. Este es solo un motivo más por el que el UNFPA trabaja para erradicar la dañina práctica de los matrimonios infantiles.

4. Tiene su origen en la pobreza y desigualdad de género.  

La fístula obstétrica ha desaparecido prácticamente en los países ricos que cuentan con sistemas de atención médica de calidad y con profesionales cualificados que pueden practicar cesáreas. Las matronas son una parte fundamental de la solución. La Confederación Internacional de Matronas afirma que «para erradicar la fístula obstétrica es necesaria la plena intervención de las matronas a nivel comunitario, nacional, regional y mundial».

Además de la falta de servicios sanitarios de calidad, la pobreza es un riesgo social grave porque está relacionada con los matrimonios precoces y la malnutrición. La gestación antes de que la pelvis esté plenamente desarrollada, así como la malnutrición, la baja estatura y la salud general deficiente son factores fisiológicos que contribuyen a la obstrucción en el parto. No obstante, mujeres de más edad que ya han tenido bebés también corren riesgo.

Asimismo, debido a la desigualdad de género en numerosas comunidades, las mujeres no gozan de autonomía o capacidad para decidir cuándo comenzar a tener hijos o dónde dar a luz.

Una mujer sostiene a un bebé.
«He recuperado la dignidad», dice Maseray Bangura, que se sometió a una cirugía de reparación de fístula en el Aberdeen Women’s Centre en Freetown, Sierra Leona. Islandia y el UNFPA apoyan el aumento de la capacidad hospitalaria para erradicar la fístula como parte de la Campaña para Erradicar la Fístula Obstétrica. © UNFPA Sierra Leona

5. Se puede tratar y, quizás más importante, se puede prevenir casi en su totalidad. 

Hasta un 95 por ciento de las fístulas puede repararse mediante cirugía. Una reparación quirúrgica cuesta 600$, un precio mucho más elevado del que pueden permitirse la mayoría de las mujeres con fístula (y eso en el caso de que sepan exactamente qué problema médico tienen y que existe tratamiento). Mediante su ayuda a países y gracias a la Campaña para Erradicar la Fístula Obstétrica, el UNFPA ha financiado más de 121.000 reparaciones desde el año 2003 y ha formado a miles de trabajadores sanitarios para prevenir y tratar la fístula.

Pero antes incluso de llegar a la fase de tratamiento, la atención debería centrarse en la prevención. Estas medidas incluyen el acceso a planificación familiar, a matronas cualificadas y a atención obstétrica de emergencia. Abordar los factores sociales que contribuyen a la fístula, como los matrimonios, uniones y embarazos infantiles o precoces, la educación de las niñas, la pobreza y la falta de empoderamiento de las mujeres, es también parte del plan de acción de la Campaña para Erradicar la Fístula Obstétrica.

Arriesgar la vida para traer una nueva vida al mundo es un destino fatal. Pero gracias a la concienciación y a una firme voluntad, el objetivo de erradicar la enfermedad para el año 2030 se puede conseguir.

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