La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos y que es reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos. En todo el mundo, se calcula que más de 200 millones de niñas y mujeres han sido víctimas de algún tipo de MGF. Aunque la MGF se va reduciendo en la mayoría de los países en que predomina, la pluralidad de esos países también experimenta una alta tasa de crecimiento de la población, lo cual induce a pensar que el número de niñas que serán sometidas a esa práctica seguirá en aumento si persisten las tendencias actuales.
Se calcula que 68 millones de niñas corren el riesgo de ser mutiladas antes de 2030. Protegerlas dará un importante impulso a la erradicación de esta práctica dañina.
Para promover la erradicación de la MGF, es necesario realizar esfuerzos coordinados y sistemáticos en los que participen las comunidades en su conjunto, y que estén centrados en los derechos humanos y la igualdad de género. Esos esfuerzos también deben abordar las necesidades de salud sexual y reproductiva de las mujeres y niñas que sufren sus consecuencias.
El UNFPA, junto con el UNICEF, dirige el Programa conjunto para eliminar la mutilación genital femenina, el mayor programa mundial dirigido a acelerar el abandono de esta práctica nociva. El programa se centra en la actualidad en 17 países y también brinda apoyo a iniciativas regionales y mundiales.