© OCHA/Ivo Brandau

Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos

19 Junio 2022

Global

Entre las innumerables víctimas de los conflictos armados no hay ganadores, sobre todo entre las mujeres y niñas víctimas de militantes que han utilizado la violencia sexual como táctica de guerra, tortura y terrorismo.

La resolución de 2015 de la Asamblea General proclamó el 19 de junio como un día para condenar y reclamar el fin de la violencia sexual relacionada con los conflictos, incluidas la violación, la esclavitud sexual, la prostitución forzada, el embarazo forzado y la esterilización forzada, y para honrar a las víctimas, sobrevivientes y quienes luchan por poner fin a estos crímenes tan espantosos. 

Lo vemos con demasiada frecuencia en todo el mundo, desde Ucrania hasta Tigray, en Etiopía septentrional, y Siria. «Cada nueva ola de conflicto armado trae consigo una marea creciente de tragedia humana, incluidas nuevas olas de los crímenes de guerra más antiguos, más silenciados y menos condenados», afirmó Pramila Patten, Representante Especial del Secretario General sobre la Violencia Sexual en Conflictos.

En un informe de marzo que cubre el año 2021 se detallaron los riesgos agravados que las mujeres y niñas migrantes, refugiadas y desplazadas enfrentan, las agresiones contra mujeres y niñas que simplemente realizan sus actividades cotidianas y las dificultades económicas, inestabilidad política y desigualdad de género como factores que contribuyen a la violencia sexual. 

La violencia sexual relacionada con los conflictos cobra un altísimo precio en víctimas, quienes con más probabilidad son civiles y no combatientes. La prevención, protección y servicios de tratamiento escasean y una cultura de impunidad inunda esta lacra: los perpetradores permanecen libres, mientras que las cicatrices físicas y emocionales perduran en las sobrevivientes, a quienes no se arrebata únicamente la salud, dignidad y tranquilidad, sino la justicia. La violencia sexual también frustra la participación de las mujeres en la vida social, política y económica.

Los costos de los conflictos son enormes y, en el caso de las mujeres y las niñas, el costo es incalculable.

Foto: Esther (nombre cambiado por razones de confidencialidad y protección) fue violada por un soldado en la República Democrática del Congo. El país registró el año pasado el mayor número de incidentes de violencia sexual relacionados con un conflicto, según el informe del Secretario General de la ONU. Esther se quedó embarazada y desarrolló una fístula obstétrica durante el parto. Tras seis años de agonía, se sometió a una cirugía reconstructiva en el Hospital General de Bunia, apoyado por el UNFPA, que trata los casos de fístula causados por la violencia sexual agravada por el conflicto. © OCHA/Ivo Brandau

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