Etiopía: entre los conflictos y los choques climáticos, las mujeres y las niñas se ven desproporcionadamente afectadas
Los conflictos, los choques climáticos, incluidas las sequías e inundaciones, así como los efectos de la COVID-19 han dejado a más de 25 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria. En todo el país, más de 4,2 millones de personas están desplazadas, lo que la hace una de las mayores poblaciones desplazadas del mundo.
En noviembre de 2020 estalló un conflicto entre las fuerzas federales y regionales en Tigray, en el norte de Etiopía, y los combates se extendieron a las regiones vecinas de Amhara y Afar. En 2021, más de 2,1 millones de personas habían sido desplazadas en el norte de Etiopía, y miles ya habían huido a países vecinos, incluido Sudán. En el sur y el sudeste de Etiopía, una sequía implacable ha devastado los medios de subsistencia de al menos 7 millones de ganaderos y productores de cultivos en las regiones de Somali, Oromia y Naciones, Nacionalidades y Pueblos del Sur (SNNP), lo que ha profundizado la inseguridad alimentaria y la malnutrición.
Las mujeres y las niñas están pagando un alto precio en el marco del conflicto y en las regiones afectadas por la crisis. Los centros de salud gravemente dañados o destruidos, junto a la escasez de suministros médicos y proveedores de atención de la salud, muchos de los cuales han sido desplazados por las hostilidades, han dado lugar a perturbaciones en materia de acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva. La disponibilidad de atención de salud materna, incluida la atención obstétrica de emergencia para hacer frente a las complicaciones del embarazo que ponen en peligro la vida, se ha visto gravemente reducida. Del mismo modo ha disminuido la disponibilidad de servicios integrales, incluido el apoyo psicosocial a las sobrevivientes de violencia de género.
El UNFPA se encuentra sobre el terreno prestando vitales servicios de salud y protección a mujeres y niñas en ocho regiones de Etiopía. Nuestra respuesta humanitaria da prioridad a la salud sexual y reproductiva de las mujeres y las niñas, incluido el apoyo médico y psicosocial integral a las sobrevivientes de violencia sexual y física.
En colaboración con asociados, en particular organizaciones dirigidas por mujeres, el UNFPA está ayudando a crear capacidad para responder a estas necesidades urgentes. El organismo ha entregado botiquines de salud reproductiva con medicamentos, equipo y suministros esenciales para, entre otras cosas, apoyar los partos sin riesgo y el manejo clínico de la violación, así como equipo de protección personal (EPI) para las y los trabajadores de atención sanitaria de primera línea durante la pandemia de COVID-19.
En 2021 se desplegaron más de 100 profesionales de la salud y 10 equipos móviles de salud para fortalecer la prestación de servicios de salud materna y sexual y reproductiva en 175 centros de salud afectados por emergencias, lo que permitió prestar servicios críticos a más de 1 millón de personas en las zonas más desatendidas.
A medida que aumentan las necesidades humanitarias en todo el país, la ampliación de la respuesta a las necesidades particulares y crecientes de las mujeres y niñas ya vulnerables, incluidas las que están embarazadas y las que corren riesgo de violencia, es cada vez más crucial.
Actualizado el 28 de marzo de 2022