Crisis en el Cuerno de África
Al menos 36,1 millones de personas de todo el Cuerno de África están padeciendo una de las sequías más graves y prolongadas de la historia reciente, que se prevé que continúe hasta bien entrado el año 2023. Esta cifra incluye 24,1 millones de afectados en Etiopía, 7,8 millones en Somalia y 4,35 millones en Kenya.
Cientos de miles de personas corren el riesgo de morir de inanición y millones más se hallan sometidas a unos niveles de crisis de hambre. Además de las duras consecuencias de las condiciones meteorológicas adversas y el cambio climático —cada vez más frecuentes—, la región enfrenta varias crisis simultáneas, como los conflictos, las plagas de langostas y las constantes repercusiones de la pandemia de COVID-19. Los precios de los alimentos y el combustible también se han disparado debido a la guerra de Ucrania.
La crisis se está cobrando un precio desproporcionado y elevado para las mujeres y las niñas, que, en algunos casos, hacen frente a la triple carga que supone tener que buscar formas de sobrevivir, cuidar de sus familias y protegerse ante la violencia sexual.
La disminución de los recursos y el perecimiento del ganado en toda la región obliga a las comunidades a tomar medidas extremas para poder sobrevivir. Unos 1,77 millones de personas han tenido que abandonar sus hogares en busca de agua, alimentos, pastos y servicios básicos.
Las mujeres emprenden peligrosos viajes con sus familias para llegar a alojamientos provisionales en campamentos organizados o improvisados y deben recorrer mayores distancias para recoger agua, lo que las hace más vulnerables a sufrir violaciones o abusos y a ser víctimas de explotación. El aumento del abandono escolar de las niñas, los casos de mutilación genital femenina y el matrimonio infantil también se han vuelto más generalizados, ya que las familias tienen problemas para alimentarse y casar a una hija significa una boca menos a la que dar de comer.
El acceso a los servicios básicos de salud, entre ellos la planificación familiar y la atención materna, se ha visto gravemente afectado, algo que puede tener consecuencias catastróficas para las más de 892.000 mujeres embarazadas que darán a luz en la región en los próximos tres meses. La desnutrición entre las mujeres embarazadas y lactantes también alcanza unos índices alarmantes, lo que incrementa el riesgo de que sufran complicaciones graves —cuando no mortales— durante el embarazo, puesto que las mujeres son muy a menudo las últimas en comer y quienes menos comen.
La respuesta del UNFPA
El UNFPA está sobre el terreno en todo el Cuerno de África colaborando con los Gobiernos y los asociados para dar prioridad a la ampliación de los servicios esenciales y básicos de salud y protección materna para las mujeres y las niñas.
- Se establecerán consultorios móviles y fijos, dotados de matronas y otro personal cualificado, para llevar los servicios de salud reproductiva a las mujeres y las niñas, incluso en los campamentos de desplazados.
- Se reforzarán los sistemas de remisión y los recursos humanos para que las mujeres embarazadas que sufran complicaciones puedan recibir atención obstétrica de urgencia.
- Se ampliarán los espacios seguros, los albergues y los centros de atención integral para que las mujeres y las niñas supervivientes de la violencia de género puedan recibir atención médica y apoyo psicosocial. También se formará al personal en la atención clínica de los casos de violación.
- Se distribuirán medicamentos y suministros esenciales de salud reproductiva a los hospitales y demás establecimientos sanitarios para reforzar la prestación de servicios de salud reproductiva.
- Se distribuirán artículos básicos de higiene, incluidas toallas sanitarias, a las mujeres y niñas vulnerables.
Actualizado el 14 de noviembre de 2022