Cambio de las leyes, ampliación de las oportunidades y transformación de las
normas sociales

Para hacer frente a un tema tan complejo como el matrimonio infantil, se requiere un enfoque multidimensional. Nesime fomenta el cambio de las normas sociales en la comunidad romaní de su país y en toda la región de Europa Oriental y Asia Central.

“Las normas culturales tradicionales en torno a la virginidad tienen consecuencias perjudiciales para las niñas, por lo que debemos trabajar con las comunidades para erradicar estas normas y el estigma que las acompaña, y fomentar una cultura que confiera más valor a la felicidad y el bienestar de las niñas que a las nociones obsoletas de ‘honor’ familiar”, indica.

Al mismo tiempo, promueve un cambio legislativo e institucional mediante la movilización de una serie de contrapartes, como el Club de Mujeres Parlamentarias; organizaciones de la sociedad civil, como el Instituto Nacional Democrático; y agencias de la ONU, como el UNFPA y UNICEF.

El esfuerzo de años dio sus frutos: en diciembre de 2018, se aprobó una nueva ley con la que el matrimonio antes de los 18 años se convertía en un delito en Macedonia del Norte. En agosto de 2019, se modificó la Ley de Educación Primaria para exigir la recopilación de información sobre los motivos por los que los estudiantes abandonan la escuela, y si se determina que el motivo es una unión extramatrimonial, la escuela está obligada a informar a las autoridades nacionales y locales.

Mientras tanto, el Gobierno de Macedonia del Norte, que en la Cumbre de Nairobi —celebrada con motivo del 25 aniversario de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD25)— prometió poner fin al matrimonio infantil para 2030, se comprometió a crear una base de datos sobre el matrimonio infantil, hacer un seguimiento de casos individuales y brindar servicios que garanticen los derechos y el bienestar de las niñas.

“Todavía hay mucho por hacer”, dice Nesime. Ella y sus aliados ahora están ejerciendo presión para modificar de manera similar la Ley de Educación Secundaria.

Me siento impulsada a actuar cuando veo que los trabajadores sociales o los maestros tratan a las niñas como personas menos importantes sin potencial para lograr otra cosa que no sea ser amas de casa y madres
— NESIME SALIOSKA
© UNFPA Macedonia del Norte/Tomislav Georgiev

7,5%

de las mujeres y niñas se casan antes de los 18 años en Macedonia del Norte

El UNFPA interactúa ampliamente con contrapartes gubernamentales y de la sociedad civil para

abordar la violencia de género y las prácticas nocivas en Macedonia del Norte

“Evitamos que se robara una vida”

© UNFPA Macedonia del Norte/Tomislav Georgiev

Mientras tanto, las actitudes en las comunidades romaníes están comenzando a cambiar. Se están denunciando ante la policía más casos contra hombres adultos que se casan con niñas, y más padres acuden a los tribunales para evitar que sus hijas menores se casen.

Nesime recuerda un caso cuyo resultado le infunde ánimo. Isabela, de catorce años, embarazada de un hombre adulto, estuvo a punto de casarse con él. Pero su abuela, Nanny Litka, quien la había criado, se negó a dejarla ir.

“Nunca renunció a proteger a Isabela”, afirma Nesime. Con su apoyo, Nanny Litka libró una batalla legal de tres años para que el hombre fuera detenido y condenado por tener relaciones sexuales con una menor. Fue condenado a cuatro años de prisión.

“La historia de Isabela muestra la importancia de un compromiso intergeneracional para luchar contra el matrimonio infantil”, dice Nesime.

“Existe un ciclo intergeneracional de discriminación contra las niñas que es perpetuado en parte por las propias mujeres”, explica. “Si una madre tuvo una vida difícil y se casó a una edad temprana, su hija no debería tener que hacer lo mismo porque ‘así son las cosas’. Si una suegra fue maltratada cuando fue novia, no debería repetir este comportamiento con la esposa de su hijo porque ‘así tiene que ser’.

“Por el contrario, las mujeres deberían usar sus propias experiencias como ejemplo para combatir las prácticas nocivas y fomentar la educación y la independencia de las niñas”.

Las mujeres de mi comunidad son ‘indigentes’ toda su vida: la casa de su familia no les pertenece… y, de todos modos, se espera que se vayan a otra casa, donde se las tratará como extrañas”.
— NESIME SALIOSKA

Shira Miguel

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